domingo, 1 de junio de 2008

Capdevila no espanta las dudas

España gana a Perú de manera agónica en el último suspiro. Villa adelantó a los de Luis tras un genial pase de Xavi. Rengifo empató aprovechando un despeje fallido de Marchena. España demostró que aún debe mejorar mucho.

JAVIER VÉLIZ MARTÍNEZ
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Los amistosos antes de una gran cita tienen mucho peligro. Más aún si se trata de una selección especializada en fracasos como la española. Peor aún cuando enfrente está un combinado como el de Perú, que no es tan mal equipo como cree la opinión pública en nuestro país. “jajaja, Perú ¿pero allí hay fútbol”? Pensará el fresador de Aranjuez. Los aficionados no están obligados a saber que la mayoría de esos jugadores juegan en Europa al máximo nivel en las grandes ligas, pero sí constituyen la opinión pública y compran la prensa deportiva a diario (aunque sea para leer los titulares).

Este fenómeno llamado opinión pública es vital en un país como el nuestro, y partidos como el de ayer sólo sirven para generar más dudas en torno al papel de “la roja” en la Eurocopa. Si goleas la gente dirá que para eso se eligió a Perú, si pierdes volverán cánticos que recuerden a los que no están, y si ganas en el último minuto los aficionados pensarán que se ganó “de chamba” y tendrán aún más dudas que antes del partido.


Viajemos al momento decisivo de este “enjuague futbolístico”. Agonizaba el choque, minuto 92, Cesc Fabregas colgaba un buen balón al corazón del área, donde debía llegar el feroz Güiza, pero no alcanzó el destino del delantero jerezano, sino que se encontró con un defensa con alma de delantero, Capdevilla. Tremendo zapatazo con la derecha de un falso lateral que se especializa en marcar goles decisivos. Qué bueno será tenerle cuando vayamos perdiendo por 1 a 0 contra Francia o Italia en cuartos y queden sólo 2 minutos para la tragedia.


Victoria y nos quedaremos con lo positivo. España fue capaz de ganar un choque que se le complicó en demasía, en la Eurocopa estos partidos son pan de cada día.


Antes de este momento decisivo, sufrimos una pachanga infumable. Villa aprovechó un gran pase interior de Xavi, en el minuto 37, con su ya tradicional eficacia y demostró que de jugar con un solo delantero, éste debe ser él. La primera parte fue lo mejor de España, creando alguna ocasión que otra ante el combinado de Del Solar, muy agazapado en su parcela. La mejor ocasión fue un disparo de Xavi que el portero Butrón llevó al palo gracias a sus resbaladizas manos. Qué panorama.


Tras el descanso llegó el carrusel de cambios, la incertidumbre. Es curioso que se hagan mil cambios en un partido preparatorio, cuando en los decisivos sólo se podrán hacer tres, no se simula la situación real pues. Y no son niños los jugadores para alegar que tienen que jugar todos. No se evoluciona así, más bien se involuciona a los partidos de infantiles. Pero es lo que hay.


El resultado: muchas dudas, choque de competencias, mal juego, y el empate. La empanada afectó a la defensa (la única “sección” del conjunto intocable ayer) y especialmente a Marchena. El sevillano hizo gala de su enorme clase enviando un despeje a la cabeza de Rengifo, que había sustituido minutos antes a un agotado Chávez, con tan mala suerte que el remate superó por alto a Casillas poniendo un vergonzoso empate en el luminoso.
Luis Aragonés ya pensaba en las portadas de la prensa deportiva, mientras Güiza marraba alguna ocasión. Hasta que Capdevila volvió a asumir un papel para el que parece haber nacido.


Un ensayo del que podemos sacar pocas conclusiones y que sólo ha servido para mermar la esperanza de los más optimistas. Ante un rival, Perú, muy castigado por las bajas de sus “cuatro fantásticos” y del que sólo podemos rescatar a un gran jugador como Guerrero. Pero sigamos pensando que podemos ganar la Eurocopa, porque si no, nos quedamos en casa con el aire acondicionado. Fuerza y honor, Luis.

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