jueves, 15 de mayo de 2008

Arshavin vale una UEFA

ZENIT DE SAN PETERSBURGO 2 - 0 GLASGOW RANGERS
JAVIER VÉLIZ MARTÍNEZ
La final disputada en Manchester no pasará a la historia por su espectacularidad. La estrella del Zenit marcó las diferencias entre uno y otro conjunto. El Glasgow Rangers especuló demasiado y lo pagó caro, sólo Cuellar estuvo a un buen nivel.

El Zenit venció al Glasgow Rangers merecidamente en un partido que sólo provocó que añorásemos la emoción de las anteriores grandes finales disputadas por un conocido equipo andaluz.

Las finales suelen tener la misma rutina. Uno llega a casa, nunca lo bastante grande, se quita la incómoda ropa de un trabajo con el que nunca soñó, se pone todo lo cómodo que te permite un sofá del todo incómodo, y se dispone a llamar para pedir una pizza, de la empresa que menos malas las cocine. Así es para la clase media. Pero todo se puede aguantar porque delante hay un espectáculo único, una final europea.

Pero en esta ocasión la final no arregló nada. Sólo apta para frikis o aficionados muy “peloteros”, “futboleros”, como quieran llamarlo. Uno tiene que llevar muy arraigado este deporte en su subconsciente para aguantar semejante “tostón”, en el que sólo Arshavin nos permitió recordar la verdadera esencia de este deporte, la búsqueda del espectáculo.

Pero echémosle casta y hablemos del partido. Olvidémonos de la primera parte, eso sí. Porque sólo el inicio tuvo algo de fútbol, con ocasiones de Andrei Arshavin para los rusos y de Darcheville para los escoceses. El muro levantado por Cuellar y Weir hacía inútiles las constantes envestidas del espléndido lateral derecho Anyukov. Muermo para el espectador. El colegiado asistía a “la pachanga” imaginándose en una verdadera final de la UEFA, y entre tanta nostalgia se comió un clarísimo penalti en el área del conjunto escocés por mano de Broadfoot, era el minuto 46.

Descanso. Y de verdad que fue un descanso, sobre todo para quien no estaba demasiado implicado en el resultado final. Se lo merecía por haber aguantado 45 largos minutos pegados a la pantalla.

La segunda parte nació con aires de verdadera final, aunque cogió al espectador un tanto desesperanzado y muy frío. Una sensación helada que no tenían los pocos seguidores rusos que viajaron a Manchester, a pecho descubierto y bailando muy coordinadamente. Los escoceses que les doblaban y triplicaban en número no lo veían nada claro.

Mejoró el conjunto de Walter Smith, con buenas ocasiones de Whitakker y Darcheville. Pero el fornido delantero no parecía ser el elegido para desequilibrar esta final. Pese a que la guía de la Champions diga que pesa 80 kilos, que se lo crea quien quiera.

Más acertado sería apostar por la estrella rusa, Arshavin, como MVP de la final. En el minuto 64 a punto estuvo de marcar tras burlar al meta Alexander, pero Weir lo evitó despejando en la misma línea de gol. No se quedaría mucho tiempo pensando en su error.
Ocho minutos después, en el 72, “el diez” daba un pase extraordinario a un rápido Denisov que lo agradecía poniendo el 1 a 0 en el marcador con enorme clase, marcando su segundo gol en la competición.

A partir de aquí, la estrategia del Glasgow Rangers de vencer en los penaltis se tornó en contra de ellos, sin capacidad de reacción alguna. Es más, tres minutos mas tarde Zyrianov pudo sentenciar en una clarísima ocasión que acabó en el poste derecho de la meta defendida por Alexander.

Dada la situación, el entrenador escocés bajó del limbo y reaccionó, metiendo en el campo todo su arsenal, ojo. El esperado Nacho Novo, McCulloch y Boyd, “para echarse a temblar”.

El partido llega al tiempo de prolongación con 0 ocasiones del conjunto de Smith. Pero los escoceses son muy escoceses, muy valientes ellos, y en el minuto 90 se lanzan en estampida en busca de la portería de Malaffev, invitado de lujo a la final. Dieron un par de sustos entre Darcheville y Novo, sólo sustos, no se equivoquen.

Con el Glasgow Rangers ya muy descolocado, los rusos planearon su emboscada, fue perfecta. Jugada preciosa que acaba en los pies del delantero Tekke, titular por la sanción del máximo goleador Progebnyak, dando el pase de la muerte a Zyrianov, que hizo el segundo.
Final del sufrimiento colectivo. Tan mediocre fue el partido que ni el árbitro se animó a ser protagonista, sacando sólo una tarjeta, al meta Malaffev en el 92 por pérdida de tiempo.

Pero veamos el vaso medio lleno. Quedémonos con el nacimiento de una nueva estrella, Arshavin y con el resurgir del fútbol ruso, que anima mucho las competiciones europeas. Justísimo campeón el Zenit, que ha eliminado a grandes equipos como el Villareal, el Olimpique de Marsella, el Bayer Leverkusen y el Bayer Múnich. Más injusta es la presencia en la final de un conjunto ramplón como el Glasgow Rangers, en busca continua de la tanda de penaltis.

Para la historia del fútbol ruso queda ya la imagen de Platiní colgando las medallas a los protagonistas y fundiéndose en un emotivo abrazo con el entrenador, un trotamundos como Dick Advocaat. Ojo en la Eurocopa con los rusos, aviso para navegantes.
2 - Zenit San Petersburgo: Malafeev, Shirokov, Anyukov, Krizanac, Sirl, Zyrianov, Tymoschuk. Denisov, Fayzulin (Kim Dong Jin, m.91), Arshavin y Fatih Tekke.
0 - Rangers: Neil Alexander, Broadfoot, Carlos Cuéllar, Weir, Papac (Novo, m.76); Whittaker (Boyd, m.86), Ferguson, Hemdani (McCulloch, m.80), Thomson, Davis y Darcheville.
Goles: 1-0; m.72: Denisov; 2-0, m.92: Ziryanov.
Árbitro: Peter Fröjdfeldt (SWE)
Incidencias: final de la Copa de la UEFA disputada en el estadio City of Manchester.

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