La Premier: vencedor y vencidos

MANUEL MORILLAS

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El Manchester se ha hecho con la Premier de nuevo. Con ésta son 17, y se queda a una del Liverpool. El club de Anfield lleva 18 años sin ganarla y se ve de repente muy cerca de perder un protagonismo estadístico que perdió reflejo en el campo hace muchos años. El Manchester se convirtió hace tiempo en el club más regular de Inglaterra. Si bien en los años 50 sólo ganaron tres títulos y en los 60 dos, en lo que va desde 1990 ya se han hecho con diez, lo que supone más del 50% del total. La continuidad de Alex Ferguson en el banquillo - 22 añitos de corrido- ha tenido algo que ver. El otro algo se lo deben en gran parte a un Cristiano Ronaldo ejemplar,modélico. No es por el hecho de que sea el mejor jugador del mundo ni de ser el que está más en forma, es por su constante afán de superación y trabajo. Quiere ser el mejor cada día. En la derecha, en el ataque... da igual. Siempre responde.

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El equipo que aún supera al Manchester por la mínima en la tabla de palmarés, el Liverpool, ganó 11 títulos entre 1972 y 1990, época en que dominaban con cierta claridad. El Liverpool lleva tiempo intentando reencontrarse con su historia, y como parte de ese plan se acometió el fichaje del entrenador español Rafa Benítez. Los resultados han sido espectaculares, como así lo demuestran el título de campeones de Europa conseguido en 2005 y la final disputada la temporada pasada. Sin embargo los aficionados de los "reds" viven con cierto sabor agridulce esta vuelta a la primera plana internacional, porque lo que quieren es la Premier a toda costa. El orgullo que supone derrotar a Manchester, Chelsea, Arsenal y Everton no tiene parangón. Y dentro de ese momento de crecimiento que vive actualmente el club siempre queda esa pequeña espinita clavada. En los últimos años han peinado el mercado de fichajes y no han escatimado para satisfacer las peticiones del míster, haciendo un esfuerzo importante para traer jugadores de primer nivel que rodeasen a Steven Gerrard, su buque insignia. Xabi Alonso, Mascherano o Fernando Torres han dado ese plus de calidad y competitividad al equipo, pero sigue faltando algo. La paciencia se agota, la inestabilidad y sensación de temporalidad en la directiva tampoco ayuda, pero el Liverpool tiene que echar el resto por esta apuesta.

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El Chelsea, equipo del barrio rico de Londres, ganó una liga en los 50 y no la volvió a oler más hasta que Jose Mourinho vino a entrenar a los ingleses. Ni Gullit, ni Zola ni Vialli pudieron conseguirla. Tuvo que ser Roman Abramovic quien a golpe de talonario hiciese una plantilla que se codease con los grandes año tras año. Pero el dinero invertido no siempre es proporcional a los títulos conseguidos y esta temporada atravesaron una crisis al principio que al final les ha pasado factura. Con Avran Grant como relevo del portugués Mourinho los de Londres han luchado por la Premier hasta el último partido y disputarán por fin la tan anhelada final de Champions League que andaban buscando. Se han asentado en la élite y no hay razones para pensar que saldrán de ella.

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El Arsenal era el otro aspirante por derecho propio y legítimo. Practicando el que para muchos ha sido mejor fútbol de la Premier este año con un equipo muy joven, se deshinchó y perdió fuelle en el momento más crucial de la temporada. No han acusado tanto la marcha de Henry como su inexperiencia. El mérito de su técnico, Arsene Wenger, es que hace equipos donde sólo hay trazos, esbozos. Con la inyección adecuada en forma de refuerzos este Arsenal puede hacerse muy grande. Se necesita tiempo, continuidad e ilusión. Lo bueno es que históricamente no tienen la presión de Manchester o Liverpool. Ganadores de un título en los ochenta, dos en los noventa y dos en el nuevo siglo, lo normal es que sigan picoteando de cuando en cuando. Ese sería un objetivo realista.