domingo, 4 de mayo de 2008

Las lagrimas de la justicia

ZARAGOZA 1-0 DEPORTIVO DE LA CORUÑA

JAVIER VÉLIZ MARTÍNEZ
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Ayala marcó en el minuto 94 el gol de una merecida victoria. Lotina fue fiel a su estilo, puso el autobús y confió en los contraataques llevados a cabo por Riki y Wilhemson. Oliveira falló hasta 8 ocasiones de gol.

Un hombre que debía liderar la parcela defensiva de un gran proyecto, una zaga que ha echo aguas durante toda la temporada y un Instante final de gloria. Un minuto, el 94, y una circunstancia, un balón que llega al pie del más inesperado. Ayala rompió a llorar cuando se percató de todo esto, había marcado el gol de la victoria casi sin darse cuenta en el último instante de uno de las primeras "finales" que les quedan para salvar la categoría, había echo el gol de su vida. Le preguntaba una periodista "archiconocida" al final del partido "¿menudo golazo?" y respondía el argentino tartamudeando por la emoción "bueno, golaso, golaso, lo importante es lo que significa". La piel de gallina puso el argentino, y los nervios de punta puso el servicio de seguridad del conjunto maño, agrediendo a los periodistas, pero eso ya es otro tema.

Atrás quedaban 93 minutos de acoso y derribo sobre el muro gallego. Nunca vimos un partido tan vibrante y apoteósico que acabara con marcador de cero a cero, el partido no lo merecía y llegó el gol. "La foruna favorece a los audaces", y Ayala otra cosa no, pero audacia y valentía tiene para dar y vender.


Tras muchos intentos, siempre con la aureola que corona al buen fútbol, mediante paredes, sláloms, fintas, disparos espectaculares, el premio llegó con la jugada más antigua del mundo, la más "vulgar" pensarán algunos. Una falta lejana, balón colgado a la "olla" por Matuzalem, se molestan entre Coloccini y Aoute, el balón le cae a Sergio Garcia que rapidamente cede a Ayala y empuja mansamente a la red.


Fue el broche de oro a un partido perfecto del Zaragoza de Villanova. En realidad, casi perfecto, porque malograron infinidad de ocasiones de gol. Especialmente Oliveira que no tuvo su noche, disparos fallidos inexplicablemente, un cabezazo al poste, y un desquiciamiento agotador, hasta 8 ocasiones de gol tuvo el ariete brasileño. Tampoco Milito estuvo excesivamente bien, muy lastrado fisicamente y acabó siendo sustituido. Y si la dupla atacante no estuvo bien, tampoco brilló el juez de línea, que señaló fuera de juego en una incursión de Oliveira que ya desafiaba a Aoute en el mano a mano, estaba en posición totalmente correcta. Y ya son muchos los errores arbitrales que han contribuido a que el Zaragoza esté en la posición que está.


Ante tanta falta de inspiración en el universo atacante maño, una luz se alzó sobre todos los elementos para convertirse en estrella. Sergio García pareció Messi por un día, con una verticalidad absoluta, haciendo gala de una técnica maravillosa y cargándose el equipo a las espaldas. En la primera parte mostró su enorme clase pinchando de forma extraordinaria el balón y disparando un tanto alto. Pero lo mejor llegó en la segunda parte, donde se erigió en Maradona, comenzó a sortear defensas a base de quiebros y recortes, llegando hasta el portero, que desvió el balón hacia Aimar, que falló con la porteria vacía. Tuvo otra el catalán, pero Aoute despejó haciendo inutil el esfuerzo de Milito por recoger el rechaze.


Se preguntarán si soy maño, pues solo hablo del Zaragoza. La respuesta es contundente, no lo soy, pero ayer sólo jugó el Zaragoza, el Depor las vió venir. El conjunto de Lotina empezó el partido con tres centrales y dos carrileros, algo habitual, pero ante el aluvión de ocasiones, mandó a dichos carrileros, Manuel Pablo y Filipe a juntarse con la defensa de tres, Lopo, Coloccini y Pablo Amo. Confiando ya unicamente en alguna genialidad de Riki, Wilhemson o Xisco. Muchos partidos han ganado así, y en los últimos cinco minutos se animaron a ver si sonaba la flauta, con un gran disparo de Filipe. Y sonó, pero no con el sonido que ellos querían, sonaba a Argentina, sonaba a River Plate, muchos seguidores argentinos se acercaron a animar a Ayala y a Aimar.


Esta es la historia de una noche en la que se hizo justicia, donde todos nos volvimos un poco "mañicos" y empezamos a desear que este fútbol de tantos kilates no nos abandone, escasea y mucho en la actualidad. Y es la leyenda de las lágrimas de un hombre que infunde respeto sólo con la mirada, que lo está pasando muy mal y se derrumbó emocionalmente, y que demuestra que hay jugadores implicados con la causa de los clubes que les llenan las arcas de oro. No todos se marchan a tocar los bongos antes de un partido vital, GRANDE PIBE, GRANDE AYALA.
Lo negativo: Celades, Sergio y Zapater serán baja el miercoles en Mestalla por acumulación de amonestaciones.

Zaragoza: César, Zapater, Ayala, Sergio, Paredes, S. García, Celades (88'), Matuzalem, Aimar (65'), Oliveira, D. Milito (81'), L. Vallejo, Diogo, Ch. Herrero, Pavón, Juanfran (81'), Luccin (88'), Óscar (65').

Deportivo: Aouate, M. Pablo, Lopo, P. Amo, Coloccini, Filipe Luis, Wilhelm. (84'), Sergio, De Guzmán, Riki (62'), Xisco (62'), Munúa, Taborda, Verdú, R. Castro (62'), Cristian (62'), J. Rguez (84'), A. López.

Gol: 1-0 (94'+): Ayala marca a placer a pase de Sergio García, tras una falta de Matuzalem.

Árbitro: Teixeira Vitienes, del Colegio Cántabro. Amonestó con amarilla a Zapater (56'), Sergio (68'), Óscar (85') y Celades (88') y De Guzmán (90'+).

Incidencias: 35.000 espectadores. Zapater y Manuel Pablo fueron capitanes.

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